Monday, July 9, 2012

Santificación por la FE


 
Por Rafael Montesinos
Leccion VI
SANTIFICACIÓN POR LA FE

"La fe que es para salvación no es una fe casual, no es un mero consentimiento del intelecto; es la creencia arraigada en el corazón que acepta a Cristo como un Salvador personal, segura de que El puede salvar perpetuamente a todos los que acuden a Dios mediante El... Cuando el alma se aferra de Cristo como de la única esperanza de salvación, entonces se manifiesta la fe genuina. Esa fe induce a su poseedor a colocar todos los afectos del alma en Cristo. Su comprensión está bajo el dominio del Espíritu Santo y su carácter se moldea de acuerdo con la semejanza divina. Su fe no es muerta, sino una fe que obra por el amor y lo induce a contemplar la belleza de Cristo y a asimilarse al carácter divino." ( M.S., I., págs. 458,549).
"Contemplando a Jesús recibimos en el corazón un principio viviente y que se expande: El Espíritu Santo lleva a cabo la obra y el creyente progresa de gracia en gracia, de fortaleza en fortaleza, de carácter en carácter," (Ibid pág. 463). Cuando Dios nos justifica no nos deja al garete, sino que nos coloca bajo la dirección del Espíritu y este proceso se conoce como santificación. Santificación es obediencia a toda palabra que sale de la boca de Dios. Los hijos de Dios son dirigidos por su Espíritu y hallan en la obediencia a toda palabra que sale de la boca de Dios. Todos los que son de Cirsto, son templos del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19,20). Allí no se refiere a la iglesia como cuerpo, sino al individuo (ver versículos 12-18).

  1. Justificación es perdón. ¿Cuál es el fruto de la justificación en el creyente? Resp. "Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificacion." Romanos 6:22.
    NOTA: La justificación es el acto mediante el cual Dios nos acepta, perdona y declara justos en Jesucristo. Esto se logra meidante la fe sola. Por la fe nos aferramos a la salvación que Dios nos ofrece a través de su Hijo. Tan pronto somos justificados, somos sellados con el Espíritu Santo y surge un fruto automático que es la santificación. Santificación es obediencia. Esta obediencia no tiene como objetivo añadir nada a la justificación, ni obtener algo a cambio de ella. Es el resultado de haber aceptado por la fe la salvación a través de Jesucristo. Esta obediencia demuestra que realmente fuimos justificados. Donde este fruto no se manifieste no ha habido justificación. El pecador perdonado desea mantenerse unido a Cristo, no al pecado. Ahora es una nueva criatura y debe comportarse como tal, por lo tanto se deleita en la obediencia de la voluntad de Dios. (Romanos 7:22). La fe que no genera fruto es una fe muerta.

  2. ¿Quién genera la santificación en el creyente? Resp. "Mediante la santificación por el Espiritu. 2 Tes. 2:13
    NOTA: Santificación es "el cultivo y desarrollo de cada talento para el servicio del Señor. "Esta es la obra de toda la vida. Es una obra progresiva. La palabra de Dios ha de ser nuestro guía, y no las ideas y opiniones de los hombres." ( M.S. III, pág. 232).

  3. ¿Cuándo se le otorga el Espíritu Santo al creyente?
           Resp. "Habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creido en él, fuisteis sellados con el Espiritu Santo de la promesa."   Efesios 1:13      

NOTA: El Espíritu Santo fue otorgado al creyente cuando éste fue justificado. La justificación trae el don del Espíritu (Romanos 8:9-16). "Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él". (Rom. 8:9).

    4. ¿Qué otra consecuencia trae la morada del Espíritu?

          Resp. a. "Porque el deseo de la carne es     contra el Espiritu, y el Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis." Gálatas 5:17. b. "...que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma". 1 Pedro 2:11.

NOTA; "El creyente vive en una lucha entre espíritu y carne (espíritu: respresentando el nuevo hombre, y carne: el viejo). Ninguno logra extinguir al otro mientras dure esta vida, aun cuando el Espíritu domine a la carne contra la voluntad de ésta,y se le sujete. Por esta razón, nadie debe gloriarse de tener un corazón limpio de inmundicia", (Lutero, pág. 268). Es errónea a la enseñanza concerniente a lo que se llama la carne santificada... es incorrecto pretender que en esta vida se puede obtener carne santificada... Es una imposibilidad... Permitid que esta doctrina avance un poco más, y llevará a la pretensión de que sus defensores no puedan pecar", ( M.S. II, pág. 38). "Cuando los seres humanos reciban la carne santificada no permanecerán en la tierra, sino que serán llevados al cielo". (Ibid pág. 38). Mientras dure la vida, continuará la lucha contra la carne. La santificacion es la obra de toda la vida. Mientras vivamos en la carne diremos con el apostol Pablo:"No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro aquello para lo cual fui tambien asido por Cristo Jesus." (Filipenses 3: 12) Mientras hay vida, hay batallas que ganar. La perfeccion del caracter es nuestra meta. En la medida que contemplemos a Jesus, seremos transformados a su semejanza por la accion del Espiritu Santo (2 Corintios 3:18).

      5.   ¿Cuál es el fruto del Espíritu que Dios espera que se manifieste en la vida del creyente?

Resp. "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley." Gál. 5:22,23.

NOTA: Según Gálatas 5:19-21 las obras de la carne son todo lo opuesto al fruto del Espíritu. En los que practican las obras de la carne, tales obras son manifiestas sin control alguno: "adulterio, fornicacion, inmundicia, lascivia, idolatria...los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios." (Gál 5:21 u.p.) Lutero comparó al recien convertido a un caballo cerrero, el cual nunca había sido montado. Un buen jinete  lo montó y allí comenzó la lucha por el dominio entre el jinete y el caballo. El Espíritu Santo es el jinete que Dios nos da para domar al caballo salvaje de la carne. Debemos permitir que ese jinete nos controle y transforme. Permita usted que el fruto del Espíritu tome el lugar de las obras de la carne en su vida diaria.

     6.  ¿Qué instrumento utiliza el Espíritu Santo para hablarnos y mostrarnos la verdad?

 Resp. a. "...y la espada del espíritu que es la palabra de Dios. Efesios 6:17. b. Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos ..." 2 Pedro 1:29.

NOTA: La persona convertida a Cristo y dirigida por el Espíritu Santo está cimentada en la Palabra de Dios. El no anda pendiente a sus emociones o a voces que le dicen al oído lo que es la verdad. El sabe muy bien que la Palabra de Dios es la verdad (Juan 17:17) y ésta es una lámpara a sus pies y lumbrera a su camino. (Samo 119:105). La Palabra de Dios, la Biblia, es el instrumento que el Espíritu utiliza para mostrarnos el camino de la santificación. "Por medio de las Escrituras, el Espíritu Santo habla a la mente y graba la verdad en el corazón. Así expone el error y lo expulsa del alma." (DTG, pág. 625).

      7. ¿Cuál es nuestro deber como hijos de Dios?

Resp. a. Digo pues: andad en el espiritu, y no satisfagáis los deseos de la carne" (Gálatas 5:16).

b. "Pero los que son de Cristo, han crucificado la carne con sus pasiones y deseos" (Gálatas 5:24).

c. "Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles que andan en la vanidad de su mente (Efesios 4:17). d. "Sed llenos del Espiritu Santo". (Efesios 5:18).

e. "...que os obtengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma". (1 Pedro 2:11).

NOTA: Ser llenos del Esíritu, significa ser controlados por el Espíritu. Según el licor domina las acciones del borracho, así el Espíritu debe controlar las acciones de los hijos de Dios.

El apóstol Pablo escribió: "Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor". (2 Cor. 3:18) También nos exhorta a despojarnos del viejo hombre que está viciado, a renovarnos en el Espíritu de nuestra mente y a vestirnos del nuevo hombre creado a la semejanza de Dios (Efesios 4:22-24).
En esta lucha no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Es nuestro deber luchar de parte del Espíritu Santo y no de parte de la carne. Recuerde que usted es ahora un siervo de Dios (Rom. 6:22) y es su responsabilidad por el Espíritu hacer morir las obras de la carne (Rom. 8:13).

      8. ¿De qué es garantía el don del Espíritu? Resp. a. ...fuisteis sellados con el Espiritu Santo de la promesa, que es las arras (anticipo, garantía) de nuestra herencia hasta la redención de la posecion_ adquirida..." (Efesios 1:13,14).

NOTA: Ahora somos hijos de Dios y el don del Espíritu Santo es un anticipo de los bienes venideros. Dios nos trae el futuro al presente mediante ese don. Ahora somos hijos del Rey del universo y herederos que recibimos un anticipo de la herencia eterna en el momento en que creímos al evangelio. "Por el Espíritu es como Cristo mora en nosotros; y el Espíritu de Dios, recibido en el corazón por la fe, es el principio de la vida eterna." (DTG, pág. 352) La vida eterna comenzó ya en los que son de Cristo.

      9. ¿Hacia quién dirige nuestra atención el Espíritu Santo? 

Resp. a. Jesus dijo del Espiritu Santo, "...él dará testimonio acerca de mi." Juan 15:26). b. "Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espiritu Santo, y me seréis testigos." Hechos 1:8)

NOTA: El Espiritu Santo no dará testimonio de sí mismo. (Juan 16:13) El Espíritu Santo fija nuestra vista en Jesucristo. De ese modo podemos ver que nuestra vida está en él (Col. 3:1-4). Nuestra seguridad radica en él. Nuestra predicación no será sobre nuestra experiencia, sino sobre la experiencia de él (1 Juan 5:6, 9-12). El Espíritu Santo nos convierte en testigos de Jesús. Proclamamos la salvación que él trajo al mundo.

     10. Mediante la contemplación de Jesús, ¿qué cambio se opera en el creyente?

Resp. "Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor" (2 Cor. 3:18)

NOTA: La transformación del creyente no la determina lo que él hace, sino a quién él contempla. "El carácter se da a conocer, no por las obras buenas o malas que de vez en cuando se ejecuten, sino por la tendencia de las palabras y de los actos de la vida diaria." (El Camino a Cristo, pág. 45). La tendencia debe ser hacia Cristo. La persona convertida a Cristo se conocerá por la dirección que lleve su vida, y sus obras deben de estar de acuerdo con esa dirección. ¿Está usted dispuesto a permitir que el Espíritu Santo a través de la palabra le dé dirección a su vida?