Si
usted no esta haciendo nada malo, significa que se esta portando bien, ¿verdad? !Equivocado!
Por
supuesto, esto no quiere decir que si alguien hace algo malo este haciendo
bien, o que sea bueno hacer el mal. Lo que si significa, es que uno
puede estar haciendo bien exteriormente, pero al mismo tiempo estar pecando interiormente. !Y eso no es bueno! La única forma de obrar correctamente
es hacer el bien tanto en la conducta como en el pensamiento. ¿Alguna vez escucho hablar acerca de los fariseos? ¿Tenían razón o estaban
equivocados?
Jesús
les hablo palabras bastante fuertes a los fariseos, en Mateo 23:27, 28:
“!Hay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, porque sois semejantes a
sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos,
mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los
hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad”. Esto
nos pone frente a un asunto muy importante. Estamos de acuerdo en que
el blanco del cristiano consista en ser bueno tanto interior como exteriormente; ¿pero que sucede si todavía no somos buenos
interiormente? ¿No es mejor que por lo menos sea bueno por fuera, si esto es lo
mejor que se puede hacer? ¿No es mejor
ser un fariseo que un publicano?
!Tenga cuidado con su respuesta!.
Jesús
declaro que la religión de los fariseos no era suficiente para la vida
eterna. “Si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos,
no entrareis en el reino de los cielos” (Mateo 5:20). Así que no importa
para que pudiera servir la bondad externa, no es apta para la salvación.
Observemos
lo que se dice en El camino a Cristo, Pág. 29: “Hay quienes profesan servir a Dios mientras depende de
sus propios esfuerzos para obedecer su ley, para formar un carácter
correcto y asegurarse así la salvación.
Sus corazones no son impulsados por un sentido profundo del
amor de Cristo, sino que procuran cumplir con los deberes de la vida
cristiana como algo que Dios requiere de ellos para poder así ganarse
el cielo. Una religión tal no vale
nada”. Así que, si la bondad externa
sirve para algo, por lo menos
sabemos que no sirve para la religión. En este respecto no vale nada.
En
Apocalipsis 3 hay un mensaje especial para la iglesia de los tiempos inmediatamente
anteriores a la segunda venida de Jesús: “Yo conozco tus
obras, que ni eres frio ni caliente. !Ojala fueses frio o caliente! Pero
por cuanto eres tibio, y no frio ni caliente, te vomitare de mi boca” (vers.
15-16). De
modo que si la bondad externa es útil para algo, !a la vista
de Dios es peor que la falta de bondad! !Para él el frio es preferible a la tibieza!
La
bondad que solo se manifiesta externamente es repulsiva para Dios.
El sabe que las buenas nuevas de salvación pueden alcanzar más fácilmente
al pecador abierto .que a la persona que no siente su necesidad. Los que
con sus propias fuerzas logran ser buenos exteriormente se apartan
dela necesidad de un Salvador. Y puesto que no sienten su necesidad, no
acuden a Cristo para recibir la salvación que el anhela concederles. Es
posible que la iglesia se llene de gente capaz de producir la clase de
conducta que ella requiere. Y la rectitud de la cual se sienten tan orgullosos
se transforma en una barrera que les impide la menor relación personal
con Jesucristo.
Si de
veras creyéramos esto, si realmente aceptáramos la tesis de que la justicia externa no solo carece de valor a la vista de Dios, sino que en realidad
le resulta desagradable, !no continuaríamos tratando de hacer lo correcto! En lugar de eso, dedicaríamos todo nuestro tiempo y energía y
esfuerzo a la búsqueda de Cristo, para que el pudiera entrar y vivir su vida en
nosotros.
¿Lo atemoriza esto? ¿Tiene usted miedo de dejar de esforzarse por hacer lo que es correcto? ¿Esta dispuesto a concentrar sus esfuerzos en la aceptación cotidiana de la justicia de Jesús como evidencia de una relación dinámica con él? Si esto lo pone nervioso, y se pregunta donde calza la cuestión de la conducta, apresurase a leer el capítulo siguiente. Comienza diciendo: “La justicia puede transformar a una persona en un ser moral”